La dinámica de vida que impone la migración a niños y niñas, les aporta conocimientos al enfrentarlos de manera permanente a nuevos escenarios, donde las personas, las lenguas que se hablan, los paisajes, el clima y la forma de relacionarse con la tierra son distintos a aquellos de los pueblos donde nacieron.
Esperamos que esto despierte interés por conocer más de cerca las condiciones de vida y de trabajo de las niñas y los niños migrantes y sus familias. Con ello, tal vez sea posible que en su continuo caminar, el migrante encuentre una ruta más segura para mejorar su calidad de vida y diversos espacios que pueda sentir como propios...