El grado de conciencia que los individuos de una sociedad tienen respecto a sus derechos y obligaciones es un indicador de la responsabilidad ciudadana de dicha sociedad; también se puede afirmar que esa conciencia implica ámbitos fundamentales de reconocimiento del ser ciudadano:

El primero de ellos es el reconocimiento de los derechos y obligaciones en los otros (como ciudadanos), es decir, el reconocimiento de uno mismo en los otros miembros de la sociedad en lo que se refiere a derechos y obligaciones. El segundo es el reconocimiento del derecho a decidir sobre qué sociedad se quiere para sí; es el derecho a participar en la vida pública para que esa idea de sociedad se concretice y es también el ámbito de la responsabilidad de actuar en este sentido. El tercer ámbito es el del reconocimiento de los derechos y responsabilidades de la gestión del propio cuerpo en materia de salud; en este ámbito las instituciones de salud deben asegurar que dicha gestión sea posible de manera responsable y adecuada.

La bioética toca de cerca a cada uno de estos ámbitos de reconocimiento, en tanto que cubre el espectro que va desde problemas de salud pública hasta el de la autonomía del individuo en sus dimensiones políticas, sociales, psicológicas y biológicas. Es en este sentido que deseamos informar que en España se aprobó la Ley del aborto.

Sin afán de definir una postura al respecto y dado lo delicado del tema, la intención es despertar la reflexión en torno a cómo un tema de salud pública en este caso el aborto, toca las distintas dimensiones del ser ciudadano en cuanto a la salud de su sociedad y a la salud personal. Así es un ejemplo para reflexionar sobre el grado de consciencia que la sociedad tiene sobre sí misma, sobre lo que quiere y sobre su propio devenir cuando la sociedad asume que también tiene responsabilidades en lo referente a la salud.

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