Ruiz de Chávez planteó que la justicia, frente a la desigualdad social, es elemento medular en la mayoría de los problemas bioéticos que se vislumbran en la actualidad. De ahí la necesidad de promover una cultura bioética entre los mexicanos, que tenga como objetivo principal el cuidado y mejoramiento de su salud para lo cual se requiere que el acceso a los servicios de salud sea equitativo y justo, y que no implique discriminación alguna, con el fin de mejorar las condiciones de las próximas generaciones en materia de salud.

El experto en medicina social y salud pública señaló que una de las principales tareas del Estado es velar porque las políticas públicas que se establecen tengan como prioridad el beneficio de la salud de los mexicanos, primordialmente la de los sectores más desprotegidos de la sociedad. Por ello es importante el acceso universal para cumplir cabalmente con lo que establece la garantía del derecho a la protección de la salud, recalcó.

Asimismo, subrayó que ahora ante una sociedad cada vez más compleja en donde el innegable despliegue del conocimiento biomédico y de su traducción tecnológica emerge apabullante, sólo la cultura y el respeto a la dignidad humana pueden erguirse como la plataforma para impulsar la cohesión social, respetar la autonomía de las personas y anteponer la justicia, para contar con individuos y grupos sociales sólidamente informados, con un claro entendimiento de su entorno y de los dilemas que el avance científico le oponen.

Por su parte, el doctor Juan Ramón de la Fuente saludó con agrado el ingreso del doctor Ruiz de Chávez como miembro de número de esta Academia inserta en el Instituto Mexicano de Cultura en donde se agrupan las más distinguidas personalidades de la medicina, la salud y, en general, de las ciencias de nuestro país.

Entre otros aspectos, el doctor de la Fuente señaló que “considero un alto honor para mí, y una distinción que me hace la Academia de Ciencias Médicas el invitarme a comentar, a reflexionar sobre la disertación de ingreso del doctor Ruiz de Chávez, del cual conozco la trayectoria y me enorgullezco de su amistad, ya que es un médico distinguido que le ha dado relieve a la medicina mexicana y le ha dado presencia internacional; su ingreso a esta Academia señor Presidente Bernardo Tanur es un acierto para la Academia y para la medicina mexicana, por lo que me honro en esta presente en esta ceremonia,” señaló.

Asimismo, refirió que el trabajo de ingreso del Dr. Ruiz de Chávez, sobre la bioética y el acceso universal a los servicios de salud, logró conjugar con acierto el hecho de que efectivamente hay avances inobjetables en el sistema de salud mexicano, que dispone hoy en día de mayores recursos y de un mejor marco jurídico; pero, si bien dichos avances son inobjetables ―señaló― también lo es el hecho de que aun subsisten rezagos importantes y que disponer de mayores recursos no necesariamente significa que la cubertura Universal en el servicio sea ya una realidad.

“Mi punto es que el avance es inobjetable ―refirió el doctor de la Fuente― y que los recursos que bien habidos en abundancia son muy importantes, pero resulta falso decir que se ha logrado la cobertura en el servicio y eso en los ámbitos académicos tenemos que señalarlo y tenemos que analizarlo, porque una cosa es el discurso político y otra son los hechos en la vida cotidiana que enfrentamos los médicos y nuestros enfermos.”

“Por ello es pertinente la diferencia que hacer Ruiz de Chávez entre acceso y yo diría acceso potencial o cobertura o provisión efectiva del servicio, además de que el concepto mismo de cobertura debe matizarse: “hablamos de cobertura para qué enfermedades?, ¿cobertura para cuáles riesgos? ¿Cobertura en qué circunstancia? ¿Cobertura en qué localidades?

Desde mi perspectiva ―señaló el doctor de la Fuente ― la bioética debe ser simultáneamente un referente conceptual y una herramienta de trabajo para fortalecer las tareas del médico frente a nuevos problemas pero también frente a viejos problemas en circunstancias nuevas. El trabajo de Ruiz de Chávez ―señaló finalmente el doctor de la Fuente― es asimismo una inducción oportuna a una disposición reflexiva e ineludible en el contexto de una sociedad pluralista y consensual, en la que los valores tradicionales de nuestra profesión han perdido la fuerza normativa que tuvieron en la sociedad más autoritaria del pasado.